jueves, 7 de marzo de 2013

SOBRE LOS ANTIPSICÓTICOS...



ANTIPSICÓTICOS:

“Que se opone a los trastornos mentales”.

Los primeros antipsicóticos aparecidos en 1950 han sido los fármacos de elección para las psicosis hasta finales del siglo XX que aparecieron nuevos productos. Los primeros bloqueaban los receptores dopaminérgicos, los nuevos, tienen una acción más amplia, afectan a otros neurotransmisores, y más selectiva, en teoría se cree que poseen menos efectos secundarios, pero no está confirmado en la eficacia clínica.

TIPOS DE ANTIPSICÓTICOS:

a)    Antipsicóticos típicos: fueron los primeros en introducirse, actúan sobre los síntomas psicóticos positivos (alucinaciones, delirios, trastornos formales del pensamiento, conducta extravagante y síntomas catatónicos), pero no sobre los negativos. Sus efectos secundarios son de tipo extrapiramidal y discinésico. Ejemplos: haloperidol, clorpromazina, levomepromazina, tioridazina, trifluoperazina, perfenazina, clotiapina, flufenazina, etc.

 

b)   Antipsicóticos atípicos: introducidos más recientemente, y parece que además de actuar sobre los síntomas psicóticos positivos, también lo hacen sobre alguno de los negativos (apatía marcada, empobrecimiento del lenguaje, bloqueo o incongruencia emocional y retraimiento social) no presentan efectos de tipo extrapiramidal, o ellos son mínimos. Ejemplos: clozapina, risperidona, olanzapina, quetiapina, ziprasidona, etc. Tampoco está avalado por la eficacia clínica que esto sea puntualmente así, sólo existen indicios para pensarlo.

 

 

INDICACIONES.-

-Esquizofrenia.

-Trastorno de ideas delirantes persistentes.

-Trastornos psicóticos agudos y transitorios.

-Trastorno de ideas delirantes inducidas.

-Trastornos esquizoafectivos.

-Episodio maniaco y fase maníaca en el trastorno bipolar. (Antigua Psicosis maníaco depresiva).

-Episodio depresivo grave con síntomas psicóticos, en trastorno bipolar y en trastorno depresivo recurrente.

-Psicosis secundaria a trastorno mental orgánico o  consumo de determinadas sustancias.

Los antipsicóticos ejercen sobre la esquizofrenia efectos de varios tipos: actúan específicamente sobre los delirios, las alucinaciones, los trastornos formales del pensamiento y los síntomas catatónicos, reducen la agitación, evitan que se desarrollen nuevos síntomas psicóticos y  previenen recaídas (no siempre).

En cuanto a las dosis, es conveniente comenzar por dosis bajas, que se podrán ir aumentando en función de la respuesta del paciente. Si instauramos el fármaco a dosis altas pueden incrementarse la aparición de efectos adversos a corto y largo plazo.

No es aconsejable utilizar conjuntamente varios neurolépticos. Si pasado un  mes o mes y medio, desde la instauración del fármaco no se obtiene respuesta clínica, es conveniente cambiar a otro. Se recomienda la utilización de antipsicóticos atípicos por menos presencia de efectos secundarios, aunque su coste es más elevado.

Como terapia de mantenimiento, los antipsicóticos, reducen el número de recaídas. Si hablamos de personas que sólo han sufrido un episodio de la enfermedad, en ocasiones será posible pasado un tiempo de estabilización de la misma, proceder a su reducción incluso de forma completa. Cuando hablamos de episodios repetidos, se ha de mantener de manera indefinida y constante, ya que la administración intermitente está comprobado que aumenta la tasa de recaídas. Es muy conveniente educar al paciente para que presente adherencia al tratamiento.

 

EFECTOS SECUNDARIOS.-

Distinguiendo únicamente entre fármacos típicos y atípicos, podemos indicar que los efectos secundarios más comunes de los típicos son: efectos extrapiramidales como pseudoparkinsonismo, acatisia, distonias agudas, discinesias tardías, sedación, somnolencia, hipotermia, síndrome neuroléptico maligno (hipertermia, efectos extrapiramidales severos y disfunción autonómica), efectos anticolinérgicos, hipotensión, trastornos endocrinos, (efectos antihistamínicos),  dermatosis, arritmias cardíacas, insomnio, agitación, ansiedad, ganancia de peso, sedación. Con respecto a los atípicos: disminución del umbral convulsivógeno, efectos anticolinérgicos, aumento de peso, agranulocitosis, leucopenia, dolor abdominal, disfunciones sexuales por cambio en la prolactina, cambios en el metabolismo de la glucosa y en las pruebas hepáticas, ligero incremento del espacio QT del electroencefalograma.

 

CONTRAINDICACIONES.-

En general, se deben de utilizar con precaución en personas que tengan enfermedad cardiovascular, epilepsia, trastorno respiratorio crónico, hipoglucemia, cuando existan convulsiones, y a personas que tengan historia de aumento del espacio QT, de infarto de miocardio, de arritmias o de insuficiencia cardíaca descompensada.

 

INTERACCIONES CON OTROS FÁRMACOS.-

La nicotina y la carbamazepina reducen los niveles de olanzapina. El ketoconazol y la nefazodona aumentan los niveles de quetiapina. Algunos de ellos interaccionan con diuréticos, fármacos cardioactivos, sedantes, hipotensores, antiácidos, anticolinérgicos, litio, antiepilépticos, antidepresivos.

 

Es recomendable que al paciente se le informe de la importancia de tomar la medicación el tiempo que se le prescriba. También es de gran importancia que tome conciencia de su enfermedad. Es complicado comunicar al paciente y a su familia que es conveniente continuar con la toma de medicación durante cinco años o indefinidamente si se han producido dos o más brotes psicóticos, con el fin de prevenir recaídas.

 

 

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