RECOMENDACIONES
DESDE LA PERSPECTIVA CONDUCTUAL PARA MANEJARNOS CON LA FARINGITIS
Fco.
Javier López González.
Psicólogo
Especialidad Clínica.
Centro
Médico Estación. Alicante.
Doctorando en Toxicología Clínica en UMH. Alicante.
Se consideran alteraciones bio-psico-sociales,
aquellas en las que o, en cuyos procesos de adquisición, mantenimiento, alivio,
desaparición o erradicación, intervienen
el comportamiento o conducta del sujeto y el medio en el que se
desenvuelve.
Tomado desde la perspectiva conductual
o cognitivo-conductual, los aspectos moleculares de lo que llamamos topografía
de la respuesta, de respuesta humana, en cuanto a instigada autónomamente, el
paciente con faringitis en cualquiera de sus modalidades, - seca, crónica,
etc.- puede (y debe) tomar medidas si no se quiere ver impedido en el desempeño
de su actividad cotidiana.
Con una serie de recomendaciones
básicas que explicamos a continuación ponemos a disposición de los lectores lo
que está comprobado por las distintas disciplinas, como pueden ser la Otorrinolaringología,
Psicología, Medicina de Familia simplemente o, si se quiere, el propio sentido
común.
Las reglas fundamentales, a saber, son:
1º.- Siempre
decimos –y no nos hartaremos de hacerlo- que lo primero que debe hacer un paciente
con faringitis (sea crónica, seca, etc.), es mantener unas fosas nasales
bien limpias y ventiladas. El taponamiento con mucosidad de las fosas
nasales hace que (entre otras cosas), respiremos por la boca –cuando no debemos
hacerlo- y mucho menos en esta época del año, como es el incipiente invierno.
Para
lo que recomendamos unas simples duchas nasales con agua de mar purificada a la
venta en cualquier farmacia, en específicos como el Rhinomer®, Sterimar®, etc.,
o alguna solución que mantenga adecuadamente el lisozima nasal, al mismo tiempo
que limpia y, así poder ventilar de forma mucho más fluida.
También
se pueden utilizar inhaladores tipo, mentolados o “sprays” descongestivos o corticosteroideos en los casos más graves
o los de rinitis vasomotora, por ejemplo.
2º.- Una
vez dicho esto, estamos en condiciones idóneas de explicar que se debe
respirar siempre por las fosas nasales, teniendo para ello, como hemos
dicho, éstas siempre bien despejadas. Las fosas nasales disponen de un
mecanismo protector frente a alérgenos, por ejemplo, o la polución ambiental,
etc., cosa que si ese aire entrase por nuestra garganta directamente, sin ser “filtrado”, afectaría probablemente a la
misma. Además la nariz “calienta” por
así decir, el aire que respiramos, con lo que si no lo hiciésemos así
estaríamos en condiciones de decir que probablemente el aire entrara en
nuestros pulmones y faringe a unos 5 grados de temperatura media en invierno. Aspecto
nada recomendable para una garganta
enferma o disfuncional.
3º.- Mantenga
siempre su garganta hidratada. El agua o saliva presente en la misma, son
buenos protectores frente a bacterias y otros microorganismos. Es un buen
criterio la ingesta aproximada de un
litro y medio entre comidas. Portando con nosotros siempre una botellita
al efecto, podemos no descuidar en este aspecto la misma.
En
el caso de que no se disponga –por la situación- de agua u otro líquido, es
recomendable masticar chicles sin azúcar y, lo que nosotros recomendamos son
los caramelos de miel y limón (ácido/dulce), que hacen que segreguemos
abundante saliva.
4º.- No
haga un uso excesivo de la voz. Esto en cuanto a frecuencia, duración e intensidad. Está comprobado que las personas
irritables (que gritan), o hablan siempre “a voces”, corren más riesgo de
padecer problemas relacionados con la garganta. Al hablar en demasía o con
demasiada frecuencia o intensidad elevada, estamos consiguiendo irritar a
nuestra faringe, haciéndola así más vulnerable a inflamaciones y/o infecciones
bacterianas o microbiológicas.
5º.- No
carraspee, tosa. Carraspear, aunque crea que no, irrita la garganta, con la
consiguiente inflamación y/o edema y, de nuevo, la posibilidad de que la
sintomatología molesta de picor y escozor, no se alivie con la misma; es más,
empeorará. Si nota que tiene flemas, mucosidades, etc..., tosa con una fuerza
prudencial y beba abundante líquido, sólo así podrá expulsar el incómodo tapón
que, es la causa de su insistente carraspeo. Si padece de tos “nerviosa”, su médico le podrá recetar jarabes
de codeína, en específicos como el Codeisan®,
que la suprimen al instante, si es que esto le impedimenta sobremanera.
6º.- Mantenga
siempre una adecuada higiene bucal. Está comprobado que tener una adecuada
higiene bucal, aminora la faringitis en el sentido de que el espacio
orofaríngeo está limpio tras cada comida por ejemplo, impidiendo la
proliferación de fermentos que acaban en bacterias teniendo como órgano diana
más cercano a la garganta. Se recomendaría al menos un cepillado de dientes después
de cada comida (principal o no), si es posible o factible asimismo se aconseja
utilizar un colutorio eficaz o que al menos contenga bien, hexetidina o
clorhexidina (Oraldine® o Lácer®, respectivamente). Además ayudan
a proteger nuestras encías contra la gingivitis por ejemplo y, tienen un
poderoso efecto antibacteriano. No es ocioso recordarle que visite
periódicamente a su dentista por si detecta alguna caries, por ejemplo.
7º.- Deje
de fumar o hágalo con menor frecuencia. El humo del cigarrillo, con sus
componentes de nicotina, alquitranes, etc., hacen que nuestra garganta –y el
árbol bronquial- se irriten excesivamente, haciendo así más sensible a la misma
a coger infecciones, por ejemplo o, simplemente se enrojecerá, nos escocerá en
innumerables ocasiones y, tenderemos muy probablemente a “carraspear” nuevamente, cerrando así el círculo de manera
nefasta, debido a la inflamación subsecuente al consumo reiterado de
cigarrillos y a la necesidad de esputar que a veces no se consigue.
No sería ocioso recordar que se pueden y deben
hacer en la medida de las posibilidades de cada uno/a, gargarismos con estos
productos, (o sal, limón y bicarbonato) diluidos en agua tibia, aparte de refrescar y
de proteger nuestra faringe, la tendremos hidratada.
Esperamos que estas pequeñas recomendaciones le
hayan servido si padece de faringitis y, si no, tal vez las haya trasladado a
alguno de sus conocidos, aportándole de este modo una nueva fuente de
conocimientos.
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